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miércoles, 19 de noviembre de 2014

Aprendizaje


Rutina en la piscina del club Federación Deportiva en la ciudad de Manabí, Ecuador, la colaboradora cubana María Isabel Ramón Demares imparte clase a los adolescentes.

Sus alumnos provienen de los diferentes clubes deportivos privados porque en el capitalismo el aprendizaje se convierte en otro negocio más. 
 
A través de una selección de atletas, el estado ecuatoriano ofrece gratuitamente la enseñanza del deporte en la Federación, de ahí, que la familia desee mantener a sus hijos en este tipo de enseñanza. 
 
La entrenadora descubre poca atención y desinterés en Brayan Mera, un niño talentoso, muy sobreprotegido por sus padres, proviene de un núcleo familiar acaudalado, capaz de costear hasta los gustos más insignificantes del muchacho.

Le hace un llamado de atención con la advertencia de interrumpir las prácticas en la piscina sino acata las orientaciones de la clase.

El muchacho responde con un gesto de desprecio ante el llamado de atención provocando la expulsión del entrenamiento.

Al otro día se presentan los padres en el recinto, desean atemorizar a la maestra con amenazas para la institución en otros espacios gubernamentales.

La cubana es llamada ante los directivos. Los padres con ínfulas de conocer toda la técnica del nado explican métodos de aprendizaje y prohíben, a la maestra, regañar al hijo en público.

María Isabel comenta la importancia de la disciplina para cualquier tipo de actividad y de los entrenamientos agotadores para obtener un deportista. Enfatiza en saber escuchar en primer orden, sentenció:

--- Si los padres de Brayan tienen más conocimientos al respecto pueden entrenarlo en su casa.

Hubo un cambio de actitud en el muchacho, se ganó la permanencia en el equipo y resultó ser el campeón nacional en su categoría en el 2012.

lunes, 30 de junio de 2014

El arte del conocimiento



Por Nuria Barbosa León

Alumnos integrantes del Contingente Manuel Ascuce DomenechEntró al aula y su cuerpo tembló, sabía de un control a clase por parte del subdirector docente. En sus brazos los materiales necesarios, el borrador, las tizas, el libro de texto, el registro de asistencia y las tarjetas con el tema resumido.

Miró a sus alumnos, todos uniformados de color azul, con edad superior a sus 16 años. Recordó a su madre, una maestra graduada en la Escuela Normal antes del triunfo de la Revolución que se sumó a la campaña de alfabetización de forma voluntaria y llevó a sus hijos al trabajo con pocos días de nacido.

Gisela Mesa Leal conoció con pocos años del polvo de la tiza, el verde del pizarrón, el olor a libros, el silencio de la atención en una clase y la dinámica de una escuela. Cuando tuvo que decidir por una profesión no lo pensó dos veces, la escuela era parte de sus arterias.

Sus alumnos, de pie, en saludo protocolar esperaban una señal para ocupar sus puestos e iniciar la clase. Como un ritual, cada uno ocupó sus asientos, ella escribió el tema de la clase en la pizarra y en la mención de los nombres de la lista recordó las veces que dijo presente en las aulas de la escuela Ocho de Octubre del municipio habanero del Cotorro, entonces Regional 10 de Octubre.

En los años 70, una gran explosión de matrículas, devenido del ordenamiento para alcanzar grados superiores en la meta del sexto y noveno grado, ideó un proceso acelerado para incorporar jóvenes al Destacamento Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, creado a partir del segundo Congreso de la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media el 4 de abril de 1972.

Se requirió captar a los mejores estudiantes que concluyeran el décimo grado para finalizar el bachillerato formándose en las especialidades docentes, con mayor incidencia en el sur de La Habana, Isla de Pinos y Jagüey Grande, polos educacionales con escuelas internas de nuevo tipo donde convergían estudiantes de diferentes provincias y con desnivel en sus estudios.

Gisela seleccionó la especialidad de historia, las anécdotas escuchadas en boca de su madre de los líderes de la independencia del siglo XIX y las epopeyas históricas narradas, la deslumbró y en un acto de completa voluntad pidió trabajar en el lugar de mayor necesidad. Así llegó a Jagüey Grande en Matanzas.

Una vida conjunta con sus alumnos provocó una madurez prematura para enfrentar situaciones de convivencia, conocer sus interioridades, aconsejar como una madre, buscar soluciones a los problemas, encarar los momentos de tristeza y gozar la alegría del éxito en cada escolar.

Ella, vestida de uniforme color azul oscuro, portando un emblema del 3er Contingente del Destacamento Pedagógico en el brazo izquierdo se encontró al Subdirector sentado como un alumno más al final del aula. Se trataban como compañeros de trabajo y sabía que la evaluación de la clase la ayudaría en su desempeño futuro, pero sintió temor.

Temor traducido en la preocupación por no equivocarse, por vomitar el contenido sin errores, memorizar cada letra, punto o coma, decir lo exacto y encontrar las palabras para enlazar ideas sin tartamudear.

De pronto, un viento abrió la puerta, cerró ventanas violentamente, voló los papeles y ella quedó muda, desconcentrada totalmente. El sudor corrió por sus manos y descubrió las tarjetas elaboradas. Entonces leyó y dictó el contenido en la peor clase de su vida.

Pasado 30 años de profesión, aprendió de aquel momento que las 24 horas del día son insuficientes para preparar un tema y una buena oratoria docente se alcanza cuando se estudia con rigor y se indaga más allá de los libros de textos.

Si le preguntan el significado de la palabra profesor, responde con certeza: persona capaz de cambiar a otras sólo con el arte del conocimiento.

lunes, 21 de abril de 2014

Memoria de abril



Días de abril de 1961, el Batallón de Combate de la Policía Nacional Revolucionaria moviliza sus tropas ante los bombardeos a los aeropuertos de Ciudad Libertad, San Antonio de los Baños y Santiago de Cuba.

En la céntrica Avenida 23 esquina a 12, el día 16, el líder  Fidel Castro anuncia a toda Cuba el carácter socialista de la Revolución y ordena a todos los milicianos concentrarse en las unidades, prestos a salir por el avance de una agresión.

En las palabras de despedida hacia Playa Girón, el Jefe del Batallón, Efigenio Ameijeiras habló de una pelea desigual frente a un enemigo brutal, momento para perder el mito del policía antes del triunfo de la Revolución, hombres de porte y aspecto elegante y conquistador de mujeres.

El cambio ya era notable, el batallón lucía físicos de cualquier color y figura. Captaciones realizadas en el seno del propio pueblo para sustituir el cuerpo armado existente, tenía como condición básica el coraje y la defensa de la Revolución por encima de cualquier otro requisito.

La partida hacia Matanzas ocurrió el 17 de abril, desde el terreno del campo de beisbol a la entrada de la actual Unidad Provincial de Patrullas en La Habana, allí acudieron los familiares que arengaron a los combatientes con consignas: “Denle duro al enemigo”, “¡Ya ganamos!”

Con el furor de la despedida y conscientes de una victoria segura, los jóvenes hicieron el recorrido hasta Jagüey Grande, Matanzas, cantando canciones: “Somos socialistas, pa´lante y pa´lante, vamos pa´la playa a acabar con los yanquis”.

Al llegar al Central Australia, el panorama cambió, la tarde del 17 se perdía entre el humo en la carretera, un ambiente nublado, aviones del enemigo volando rasante, explosiones de tiros y bombas. En ese instante hubo comprensión de la dimensión de una guerra. La muerte llega en una bala disparada desde cualquier ángulo.

La tropa inicia el recorrido a pie en fila india hasta llegar a la playa a las siete de la mañana del 18, caminando casi ocho horas, y buscar posiciones para parapetarse.

Los jefes Efigenio Ameijeiras y Samuel Rodiles impregnaron firmeza para seguir en el combate e impedir tregua para el miedo. Ellos condujeron a sus subordinados, siendo los primeros en la caminata agotadora, marcharon al frente, sin siquiera bajar la cabeza o refugiarse de los disparos. Todo el tiempo gritaban palabras de aliento y arengando con consignas. Ninguno se refugió en una trinchera y  tampoco quedaron en una oficina dirigiendo el combate desde un edificio, por ese motivo nadie corrió ante la lluvia de plomos.

La tropa desconoce el terreno, no tiene experiencia militar y sólo lo acompaña la convicción de “morir por la patria, es vivir”. En la carretera hacia la playa asusta unos motoncitos cercanos entre sí. Se sospecha de minas antipersonales colocadas por el enemigo. El gesto valiente de un compañero la  desbarata a patadas y desaparecen los temores.

Juan Gualberto Ortiz García recuerda que fue designado a la compañía de comunicaciones, sin equipos para estas funciones. Sólo la iniciativa personal para transmitir mensajes a través de señales, voces y ruidos parlantes. La palabra escogida “¡Venceremos!”

En la mañana del 18 reciben el primer ataque por el flanco izquierdo con ráfagas de ametralladoras, además un avión de reconocimiento enemigo le  disparó a mansalva. Uno de los jóvenes policías le dice a otro a su lado:

--¡Levántate compañero! Hay que esconderse que nos tiran.- La inmovilidad hizo reconocer a la muerte.

La tropa desconoce de estrategia militar y la bandera, con un asta bien alta, vista a varios kilómetros de distancia, resulta el eje de los morterazos enemigos.

Los dos Wilfredos combatieron en la misma alineación, a Betancourt Arias le faltaban los dientes y cuando cayó mortalmente herido le dijo a su tocayo que ya no necesitaría una prótesis para encontrar novia.

Pero José A Guerrero Gutierrez recuerda una acción que le dio mayor impulso en el combate. Su ubicación fue en la compañía de quienes portaban las granadas antitanques, bautizada como los granaderos. Todo parte cuando se llega al acuerdo que cada combatiente debe llevar  en el bolsillo de la camisa su identificación.

Luego del combate con los morteros ve a un compañero caído, debido a la explosión de sus granadas personales. No se le identificó el rostro y su cuerpo permanecía abierto, con todos los órganos del abdomen afuera. Entonces buscó en el bolsillo de la camisa y descubrió que el muerto era Juan Dioscorides Prieto Delgado, quien fuera su compañero de guardias, conversaciones y planes para el futuro. Entonces tomó una decisión: ningún mercenario salía con vida delante de él.

Delgado, el abanderado de la compañía se le vio con el rostro ensangrentado por una bala. Su compañero Rape logró trasladarlo en los hombros y parar un camión en la carretera, pero cuando otro combatiente se brindó para acompañarlo hasta el puesto sanitario, Delgado lo arengó diciendo que no hacía falta, que lo principal era seguir el combate y acabar con el enemigo.

Los policías reconocen que la compañía al frente de las armas antiaéreas conocidas como las cuatro bocas, también dieron muestras de mucho valor. Sin camisa por el calor disparaban ráfagas a todos los aviones que pasaban rasantes y a más de uno lograron impactar. Cuando los mercenarios estuvieron presos, preguntaron por los soldados checos y rusos que operaban las cuatro bocas, no pudieron creer que eran adolescentes semidesnudos.

Una gran muestra de valor se protagonizó ante un tanque blindado del enemigo que entraba y salía del radio de acción de la compañía disparando en plena marcha y causando bajas, por lo que el Jefe Samuel pidió varias veces que apareciera una granada y el soldado Sosa se brindó para hacer el disparo suicida.

Con un punto de observación en una pequeña elevación se informa cómo el tanque se acerca al área y con una proximidad muy cercana en que se distinguía la estera a la altura de un hombro, Sosa, abrazado a un árbol logra disparar una granada con un obús y la penetra por la escotilla del conductor. El blindado causa baja y comienza el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, donde el enemigo corre por todos lados y los jóvenes policías salen en su búsqueda.

A partir de ese momento, dos mercenarios se acercan a la tropa, uno de ellos con una rama de un árbol y una tela blanca colgando,  informa que toda la tropa mercenaria se rinde. No bastó otro tiro, ellos estaban desmoralizados.

miércoles, 9 de abril de 2014

Cuba-México: lealtad y respeto mutuo





Los lazos históricos, culturales, comerciales y de amistad entre los pueblos de México  y Cuba actúan como un referente en el orden internacional actual y en el último mes de marzo sucedieron varias acciones que así lo demuestran en el país azteca.

Con el lema: "La historia nos hermana, el presente nos solidariza. El futuro es nuestro",  sesionó en la ciudad  Villahermosa, capital del estado de Tabasco, el 19no encuentro del Movimiento Mexicano de Solidaridad con la Isla caribeña, con la asistencia de 574 delegados que avalaron en su Declaración Final el compromiso inquebrantable de defender la plena independencia, soberanía y autodeterminación del pueblo cubano, extendiéndose también hacia Venezuela.

Asimismo, ratificaron la firme condena al criminal bloqueo impuesto a la Isla por el gobierno de los Estados Unidos; repudiaron los contenidos de medios de prensa que mediante la manipulación y el engaño pretenden confundir y ocultar las conquistas de la Revolución; declararon el compromiso de  mantener la unidad de todos los amigos de Cuba en su territorio y exigieron al presidente estadounidense que, en ejercicio de sus facultades, libere de inmediato a los tres antiterroristas cubanos que aún cumplen crueles e injustas condenas en cárceles de esa nación desde 1998.

Gerardo Hernández,  Ramón Labañino y Antonio Guerrero (aún detenidos) junto a René González y Fernando González (ya en la Patria), fueron apresados cuando desarticulaban planes terroristas en grupos de La Florida  dedicados a realizar impunemente acciones armadas contra Cuba.

El texto final del evento también denuncia la ley de Ajuste Cubano, que ha causado luto a familias del país al estimular las salidas ilegales con la bienvenida a aquellos que por cualquier vía logren llegar a territorio estadounidense.

Las palabras de apertura de la reunión fueron pronunciadas por el gobernador de Tabasco, Arturo Núñez, quien afirmó su plena solidaridad con "el país hermano y con su causa" y resaltó la histórica colaboración existente entre su país y la isla, así como expresó la voluntad de su gobierno de ampliar esos vínculos en sectores económicos y sociales.

Otra de las actividades celebradas en México constituyó la develación de una placa en la calle Emparan número 49, colonia Tabacalera, lugar donde se conocieron en 1955 los entonces jóvenes Fidel Castro y Ernesto "Che" Guevara.

En el acto, el secretario de Turismo Alejandro Fernández recordó que allí Raúl Castro presentó al Che a su hermano Fidel  y hablaron por 10 horas de manera interrumpida. Al concluir la conversación se desarrolló una amistad basada en los principios, lealtad y respeto mutuo para  fraguar la emancipación cubana.

También en México, el gobernador de Yucatán, Rolando Zapata Bello, llamó a fortalecer los lazos de trabajo y cooperación entre esa península y Cuba, con el objeto de fomentar el intercambio productivo, económico, turístico y cultural, en beneficio de la población.

El funcionario presidió el Encuentro de Negocios Misión Comercial Cuba-Yucatán, en el que participaron 27 compañías y 35 empresarios, explicó que el intercambio comercial entre ambos territorios asciende a unos 13 millones de dólares y enfatizó en la necesidad de continuar con las misiones comerciales y los eventos que fomentan la cooperación binacional para aumentar ese monto.

En este encuentro, realizado por segunda ocasión en el Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, se recordó la participación del gobierno de ese estado mexicano en la Feria Internacional de La Habana en noviembre pasado.

Los lazos de cooperación entre estos territorios vecinos están sustentados en el intercambio de bienes y servicios, centrado en la construcción, alimentos, textil, derivados del plástico, harinas, jugos de fruta, máquinas diversas e insumos.

Hasta México también llegó, en el mes de marzo, el arte cubano, esta vez con el afamado trovador cubano Silvio Rodríguez, quien ofreció el concierto nombrado “Mi última cita” en la capital y en las ciudades de  Guadalajara, Tijuana, Hermosillo y Monterrey, acompañado del trío Trovarroco, la flautista Niurka González y un grupo de jazz.

En días reciente fue divulgado que el Ballet Nacional de Cuba, bajo la dirección de la Prima Ballerina Assoluta Alicia Alonso, actuará en la Universidad Autónoma de Toluca, representando a la Isla en la Jornada Cultural Martiana a celebrarse del 31 de marzo al 6 de abril próximos.

En esa misma cita se presentará  el grupo musical Buena Fe con conciertos en el Teatro Morelos, de Toluca; en la Unidad Académica Profesional Tianguistenco y en el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, del Estado de Texcoco.

lunes, 7 de abril de 2014

Por ese motivo, relatos desde Cuba



Por Martha Ríos, periodista y locutora de Radio Habana Cuba 

La vida de los pueblos está hecha de esos hombres a quienes la única riqueza que los cubre es la sencillez. Son sus hazañas cotidianas en el surco, el taller, frente al fogón, la cartilla, el pincel o en una sala de hospital, donde se fragua el temple que los hace trascender.

Encontrar esas historias no es difícil entre cubanos, artífices de una patria que desde siglos se ganó el respeto de poderosos, inclusive.

Contarlas es otra cosa. Un puñado de anécdotas y testimonios, acopiados en el ejercicio de su profesión, motivó a la periodista Nuria Barbosa León (La Habana 1966) a labrar, cual orfebre, sus primeras crónicas enriquecidas con las técnicas de composición aprendidas años ha, en talleres literarios.

Dividiendo o multiplicando las horas que dedicaba a su familia, los vestales oficios, la edición de la Página Web de Radio Habana Cuba y como redactora en el periódico Granma Internacional, escribió durante una década, medio centenar de relatos que reflejan el palpitar de su país, antes y después del triunfo de la Revolución (1º de enero de 1959).

De esta manera, y sin percatarse, esa laboriosidad ilimitada la convirtió en el personaje anónimo de las historias que recreaba, envueltas en un particularísimo sello, único boleto para transitar por la autopista de la información, colgadas en su modesto blog.

A LA LUZ DE LAS MIRADAS

Revisar diariamente el correo electrónico se convirtió en una de las mayores satisfacciones de Nuria. Recogía opiniones y sugerencias de sus ávidos lectores, de lugares insospechados, que la animaban a continuar sus cortas crónicas mediante las cuales descubrían a Cuba y su gente.

Así, Mirelva, Julio Ríos, Guillermo, y otros más, salieron del entorno al que siempre pertenecieron: lomas, caseríos y ciudades de la mayor isla de Las Antillas, y se hicieron populares en otras latitudes.

Desde Argentina, el 1º de octubre de 2012 recibió el mejor regalo de cumpleaños. Jaime Rodríguez, un comunista sobreviviente de la dictadura militar, deseoso de ver una revolución triunfante en su país, y admirador del proceso social cubano, le proponía a la novel escritora llevar a imprenta una buena parte de aquellos materiales.

Dicho y hecho. Por ese motivo, relatos desde Cuba, título del volumen de 80 páginas, tomó forma en la editorial OsAma, con prólogo del ensayista y poeta cubano, Víctor Andrés Gómez Rodríguez, el profesor del taller literario que en la década de los 80 condujo a la entonces estudiante de pre-universitario, a bordar con letras su sensibilidad humana.

Meses después, Nuria Barbosa viajó a la argentada tierra, invitada por el veterano luchador, editor del libro, para presentar su primer tesoro de papel.

Escuelas, sedes sindicales, comunidades, centros laborales y bachilleratos populares de Buenos Aires, Mar del Plata, La Plata y Bahía Blanca, conocieron a la cronista que prefirió el encuentro en los días del aniversario 60 del asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, en el oriente de Cuba, (26 de julio de 1953), liderado por el joven abogado Fidel Castro, momento de viraje histórico en América Latina.

De Argentina volvió cargada de anécdotas que ya transitan, con su impronta, por la misma vía de las primeras creaciones que la sacaron a la luz. Por ese motivo, relatos desde Cuba, fue catalogado recientemente de interés municipal y legislativo por la alcaldía del Consejo Deliverante de Morón, en el país austral. Próximamente se hará una presentación en Colombia, y México también desea acogerlo.

Del libro se ha hablado en varias bibliotecas públicas cubanas y en escenarios donde transcurrieron muchos hechos narrados en él, pero aún no se ha publicado por las carencias materiales que sufre la nación, consecuencia del bloqueo que durante más de 50 años le impone el gobierno de EE.UU.

Mas, los personajes de esos relatos siguen aquí, aunque algunos estén en otra dimensión, porque la sencillez con que vivieron los inmortalizó, y son el orgullo de este pueblo que tiene en su patrimonio inmaterial la verdadera riqueza.

lunes, 20 de enero de 2014

La remera(*)

por Nuria Barbosa León

imageEl único encargo del joven argentino, Hernán Rodríguez Pleban, al conocer del viaje a Cuba de su madre Sussy, consistió en una remera del Equipo Nacional de la Mayor de las Antillas en cualquiera de sus deportes, pero en especial de béisbol.

Desde pequeño admiró los juegos deportivos y vio a los cubanos cosechar medallas en los campeonatos internacionales: Centroamericanos, Panamericanos, mundiales y Olímpicos. Ahí radicó el motivo para elegir ser profesor de educación física.

Cuando Sussy visitó Cuba en el año 2007, Argentina vivía una gran efervescencia. El pueblo levantó una estatua en homenaje al Che Guevara con el bronce recolectado por miles de llaves y pedazos de metal donados para recordar el natalicio 80 de la insigne figura. Cuando la imagen estuvo lograda, una gran multitud acompañó, en caravana masiva, la transportación por barco hasta la ciudad de Rosario donde sería situada.

Sussy tomó algunas remeras blancas y le adhirió la foto de la estatua. Ese sería el regalo preciado para obsequiar a los cubanos en su viaje. Ya en La Habana, la entregó al esposo de una amiga que al verla, dijo:

-Nosotros no necesitamos al Che en un pullover porque lo llevamos en el corazón.

No obstante, aceptó el obsequio, por el significado coyuntural del momento y por su valor utilitario. En Cuba quedó una camiseta que recorrió las calles, recibió sudor del trabajo, perdió su color original, participó en el desfile del Primero de Mayo y se desgastó de tanto uso.

En cambio Sussy deseaba cumplir con la promesa hecha a su hijo, algo imposible de obtener porque en las tiendas de La Habana la comercialización de la ropa deportiva no es común. Compró boinas, guayabera pero no encontró el preciado regalo, por mucho que caminó.

Ya de vuelta, en el aeropuerto se tropezó con el equipo cubano de fútbol que partía a cumplir sus compromisos internacionales y para más suerte, uno de sus jugadores la acompaña en el avión, sentado a su lado.

Conversó de varios temas con el chico hasta que le confesó la deuda. El muchacho tomando precaución de su entrenador para no ser requerido, cedió una de sus prendas de prácticas. Escribió una nota: “Para Hernán Rodríguez, de un atleta del Equipo Nacional de Fútbol de Cuba. Que la cuides y siempre la guardes de todo corazón”.

Con una alegría inmensa, Hernán respaldó el torneo emitido por la televisión. Fueron días de felicidad al conocer de las victorias logradas por los cubanos y saberse dueño de un objeto valioso de quienes protagonizaban esas hazañas. Se sintió feliz, la mostró como un trofeo y la sudó en el trabajo ante los muchachos a quienes les impartía clases.

Un titular del noticiero televisivo cambió el hecho. Hubo varias derrotas consecutivas de los futbolistas cubanos. Los reporteros repetían una y otra vez la noticia para levantar una campaña mediática. Más de la mitad de los jugadores desertaron. Todos, captados por dinero. Tristemente ocuparon las nominas de clubes privados en ligas norteamericanas y europeas.

Hernán se sintió traicionado. Tiró la remera en un lugar oscuro para no recordarla nunca más.

(*) Camiseta